117 Las cuatro partes del mundo en mochica Escritura y Pensamiento Año XVIII, N
117 Las cuatro partes del mundo en mochica Escritura y Pensamiento Año XVIII, N.° 37, 2015, pp. 117-135 José Antonio Salas García Las cuatro partes del mundo en mochica The four parts of the world in Mochica Les quatre parties du monde en mochica Resumen El presente artículo tiene como objeto mostrar el disímil comportamiento sin- táctico de los vocablos destinados a los puntos cardinales en la lengua mochica. Estas irregularidades pondrán de manifiesto la existencia de gramaticalizaciones almacenadas en el lexicón, mas con algunas restricciones que actúan a manera de fósiles lingüísticos. Tras el análisis morfofonológico, ensayaremos una aproxima- ción etimológica de los términos, teniendo en cuenta el sistema de orientación espacial mochica. Palabras clave: Lingüística histórica; lengua mochica; sintaxis; gramaticalización; etimología. Abstract This article aims to show the syntactic behavior of words for the cardinal points in the Mochica language. The irregularities will highlight grammaticalizations stored in the lexicon, but with some restrictions that act by way of linguistic 118 José Antonio Salas García fossils. After morphophonological analysis, we conduct an etymological research, taking into account the spatial orientation system in Mochica. Key words: Historical linguistics; Mochica language; syntax; grammaticalization; etymology. Résumé Cet article montre le comportement syntaxique de mots pour les points cardi- naux dans la langue mochica. Les irrégularités mettront en évidence gramma- ticalisations dans le lexique, mais avec certaines restrictions qui agissent à titre de fossiles linguistiques. Après analyse morphophonologique, nous menons une recherche étymologique, en tenant compte du système d’orientation spatiale dans le mochica. Mots clés: Linguistique historique; langue mochica; syntaxe; grammaticalisation; étymologie. Fecha de recepción : 07/06/2015 Fecha de aceptación : 28/08/2015 1. Introducción Debemos nuestro conocimiento sobre lenguas autóctonas a pro- pósitos evangelizadores. Las gramáticas misioneras, empero, también aportaban información léxica no vinculada con el culto a la divinidad. Tal es el caso del vocabulario para las nociones espa- ciales y, de modo particular, aquel que designa los puntos cardina- les. Para su análisis, contamos con los significantes escritos y sus glosas hispanas. En el ámbito de la nomenclatura colonial para referir al espacio es digna de destacar la recopilación de crónicas hecha por Eugenio Alarco (1975), en la que demuestra que los conceptos de arriba y abajo aplicados a la cartografía no indica- 119 Las cuatro partes del mundo en mochica ban respectivamente el Norte y el Sur; sino lo opuesto. En vez de la lectura de mapas, la metáfora espacial vertical aplicada al horizonte se nutrió —a la sazón— de la experiencia con objetos sujetos a la gravedad. Lo que sube baja por la atracción a un centro de gravedad. En el caso hispano, el centro estaba o en Panamá o en España. Por eso, ir al Perú era subir y regresar equivalía a bajar. Esto aún se usa mucho en el español coloquial peruano: «Y a no bajas al barrio» es una expresión en la que el barrio es el centro de gravedad metafórico. Veremos que los mochicas también mane- jaban un esquema similar, aunque independiente del castellano. En el terreno interpretativo, es pionero el trabajo de Hart-Terré (1976: 39-42) cuando versa sobre las dimensiones espaciales mochicas, aunque su labor no sea muy sistemática. Para entrar en materia, Fernando de Carrera (1644: 182) enuncia los puntos cardinales en los siguientes términos: nombres de las cuatro partes del mundo muy usadas de los indios xllangchich: el oriente lochich: el sur fecɥech: el poniente fochich: el norte Estas unidades, afortunadamente, aparecen en otros entornos sintagmáticos, regidas por distintas posposiciones: ich, na y totna. Dichas construcciones presentan datos suplementarios acerca de la morfofonología de estas piezas léxicas. El presente ensayo con- sistirá en comparar los distintos paradigmas en los que figuran estos lexemas, a fin de obtener la correcta segmentación de los mismos y entender su contenido. Justamente, la compulsa para- digmática nos permitió notar que la enunciación arriba citada entraña gramaticalizaciones que a simple vista no son detecta- das. A esto contribuye, obviamente, la arbitrariedad del signo 120 José Antonio Salas García lingüístico. Las combinatorias gramaticales, con todo, traslucen los fósiles de una evolución en curso. Examinaré cuatro valores semánticos: 1) origen, 2) trayectoria, 3) meta, 4) dirección. A efectos de formalizar estas ideas, me valdré de esquemas gráficos icónicos. 2. Palabra y paradigma La posposición ich, cuya acepción principal denota ‘origen’ preside el cotejo entre los vocablos antes enunciados y los flexionados. Gráficamente, sintetizamos la partícula ablativa ich, de manera que un círculo represente el área de origen y la flecha, el movi- miento que sale de ella. Esta será una herramienta interesante para la comparación semántica entre posposiciones: Ablativo: ich Escogimos, precisamente, este paradigma por el parecido formal con las enunciaciones aisladas, de cuya confrontación saltará la primera pista de la gramaticalización, a despecho de la arbitrariedad del signo (Carrera 1644: 128-129): Paradigma de ablativo: ich xllangchich: del oriente lochich: del sur fecɥechich: del poniente fochich: del norte 121 Las cuatro partes del mundo en mochica El contraste entre fecɥech ‘el poniente’ y fecɥechich ‘del poniente’ nos alerta de una adjunción: fecɥech + ich. Sin embargo, en xllangchich, lochich y fochich, tropezamos con la total identidad entre la enunciación absoluta y su flexión posposicional, como lo prueba la simple comparación de paradigmas: Enunciación absoluta Ablativo xllangchich: el oriente xllangchich: del oriente fecɥech: el poniente fecɥechich: del poniente lochich: el sur lochich: del sur fochich: el norte fochich: del norte Este es un indicio para sospechar que las formas enuncia- das han gramaticalizado su núcleo con la posposición ich, de tal suerte que podemos escindir la marca de caso del nombre propia- mente dicho. Confirmaremos esto con otros paradigmas. Por lo pronto, algo similar ocurre con algunos apellidos en las lenguas romances. Originalmente, apellidos cuyos núcleos son Cieza o León eran topónimos. Si uno averigua la genealogía del sevillano Pedro de Cieza de León, llegará hasta Murcia en el sur de España como procedencia patrilineal primigenia, mientras su cuna en línea materna se retrotrae a la septentrional provincia de León. El apellido predica el origen remoto de un ancestro, en desmedro del nacimiento efectivo de las personas. Pese a que la preposición de indica procedencia, con el uso se fusiona a ciertos apellidos —la manera como se escriban es irrelevante—, que pueden suspender tal valor y emplearse para la simple designación de un individuo. Tales frases otrora preposicionales ocupan posiciones de sujeto al volverse plenamente nominales: De la Carrera escribió un libro. La conciencia de la fusión de ich a las bases de los puntos cardinales permite, adicionalmente, saber que en xllangchich hay 122 José Antonio Salas García una inserción consonántica. La secuencia *xllangch no estaría bien construida, habida cuenta de la intolerancia mochica a dos con- sonantes en una coda. Ahora, si a fecɥech se le sufija ich, ¿quiere decir que en el significante fecɥech no hubo fusión previa de ich como en xllangchich, lochich y fochich? Barruntamos que no. En efecto, sí debe haberse dado dicho fenómeno. La razón por la que en fecɥechich hay una nueva sufijación de ich es por la armonía vocálica de la base fecɥech, como mostraremos en breve1. De esta manera, segmentamos los significantes enunciados: xllang + ch + ich = oriente fecɥ + ech = poniente loch + ich = sur foch + ich = norte El siguiente paradigma es gobernado, en su sintaxis, por la posposición de trayectoria na. Graficamos el caso prolativo (como en el vasco) na, por medio de un círculo que es la zona atravesada y una flecha que representa la senda seguida. Aquí lo de mayor pertinencia es la línea que transita el área acotada por la circun- ferencia: Prolativo: na 1 Cuando un significante se hace inanalizable, el hablante puede intentar flexionarlo. Esto acontece en el habla popular del Perú con la tercera persona del subjuntivo plural del verbo dar. En vez de la forma den es posible escuchar dean. Esto se produce, sincró- nicamente, como fue el caso en fecɥechich. 123 Las cuatro partes del mundo en mochica Las construcciones que siguen evidencian que las formas enunciadas eran tomadas sin su valor semántico prístino de ablativo, innecesario por lo demás para la trayectoria. Es irrele- vante el punto de partida, para comprender este concepto. La trayectoria señala el camino hacia una meta presupuesta, sin con- siderar el origen. He aquí el conjunto de sintagmas dependientes de na: (Carrera 1644: 131-132): Paradigma de prolativo: na xllangchich na: por el oriente lochich na: por el sur fecɥech na: por el poniente fochich na: por el norte La coincidencia de los objetos regidos por na con la enun- ciación es absoluta. Para probarlo, confrontamos vis-à-vis ambos paradigmas, de tal suerte que comprobamos su identidad: Enunciación absoluta Prolativo xllangchich: el oriente xllangchich na: por el oriente fecɥech: el poniente fecɥech na: por el poniente lochich: el sur lochich na: por el sur fochich: el norte fochich na: por el norte El paradigma de na, además, permitirá su contraposición con otro modelo que incluye dicha partícula. Concretamente, nos referimos a un giro con la posposición compuesta totna, en el que uploads/Philosophie/ 13691-texto-del.pdf
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- Publié le Mai 12, 2022
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