ORIGENES DE LA DIFUSION DE LA LENGUA ESPAÑOLA EN FRANCIA (2 .a Parte del siglo
ORIGENES DE LA DIFUSION DE LA LENGUA ESPAÑOLA EN FRANCIA (2 .a Parte del siglo XVI) SABINA COLLET SEDOLA Universidad de las Antillas (Martinica) Dos aportes fundamentales se sitúan al origen de la enseñanza de la lengua española en Francia. El primero está constituido por toda la serie de reperto- rios léxicos, más o menos amplios, que se fueron publicando, inicialmente en Flandes, alrededor de 1530 y que luego, sustancialmente aumentados, alcan- zaron extraordinaria difusión en todos los países cultos de Europa. También corrían entonces sencillos manuales de conversación en los que la doctrina gramatical estaba prácticamente ausente . La forma y tamaño de tales obritas parecen indicar que se trata de libros de bolsillo, fácilmente manejables, desti- nados a auxiliar a los viajeros y a los que entretenían relaciones comerciales con países extranjeros ya que ofrecían un material lingüístico directamente utilizable . Consta positivamente que, a mediados del siglo xvi, un número elevado de forasteros transitaba por Flandes o demoraba allí durante un plazo más o menos largo; pues la tropa española congregaba militares de cinco naciones distintas . Durante la segunda mitad del siglo xvi hay que tener en cuenta también el valioso aporte de algunos eruditos aislados, conocedores de los idiomas clásicos y de dos o más idiomas modernos, que habían llevado a cabo trabajos personales reflexionando sobre diferentes hechos lingüísticos . A menudo trataron de resolver empíricamente varias cuestiones fonéticas que resultaría sumamente interesante reconsiderar a la luz de la lingüística con- temporánea . Con respecto al estudio del castellano, la Francia de fines del siglo xvi cuenta con unos valiosos precursores hoy totalmente caídos en el olvido. Mediante estas notas trataremos de ofrecer una visión de conjunto de ambas contribuciones. Si su desarrollo fue paralelo, la intención y cabida doctrinal fueron muy disímiles. Sin embargo, una y otra confluyeron fructuo samente preparando el singular florecimiento que se hace manifiesto en el siglo XVII. El más antiguo manual para aprender el español, el francés y el flamenco fue publicado en Amberes en 1520 . Consta que había pertenecido al bibliófilo Fernando Colón, hijo natural del insigne navegador el cual, al catalogarlo, apuntó lo siguiente : 610 SABINA COLLET SEDOLA «Vocabulario para aprender francés, español y flamini. .. Non procedit por ordine alphabeti, sed ponit unam clausolam gallicam et aliam idiomate flaminio et postea hispanico. Est in 4.3 col. Antverpiae, anno 1520 ...»' . Medio siglo después de la publicación del Arte de la lengua castellana, de Elio Antonio de Nebrija, se editó en Flandes la útil y breve institución para aprender los principios y fundamentos de la lengua española (Lovaina, 1555) tratadillo trilingüe en español, francés y latín para enseñar el castellano a los extranjeros. Sin autor conocido, los que se refieren a la obra suelen indicarla llamándola «Anónimo de Lovaina, 1555» 2. La útil y breve institución ofrece algunas normas de pronunciación, ejem- plos de conjugaciones verbales, y varias listas de adverbios, preposiciones, interjeciones, diminutivos, aumentativos . Hay también unas «Reglas generales para conocer algunos nombres peregrinos» que reúnen términos de proce- dencia varia, máxime árabe, además de una curiosa «Epístola latina et hispá- nica» en alabanza de la nación española comparada con Francia su eterna rival. Este anónimo tratadillo trilingüe, concebido «ad discende prima rudimenta linguae hispanicae», está relacionado con la prodigiosa difusión de los vocabu- larios políglotas que iban entonces propagándose portodos los países cultos de Europa. El núcleo primitivo de tales obritas está constituido por la primera edición del Vocabulaire bilingüe, en francés y flamenco, del profesor de len- guas Noël de Berlaimont, publicado en Amberes en 1530 (o 1536) 3 . Además del léxico, el libro ofrecía un compendio de las normas de pronunciación, unos diálogos, y algunos ejemplos de cartas comerciales y de plegarias. A imitación del Vocabulaire empezó a editarse una serie extraordinaria de . manuales de intención fundamentalmente divulgadora cuya fortuna aumentó sin cesar a lo largo del siglo xvi y perduró también durante la centuria siguiente. En estos libritos, el español apareció por la primera vez en el año 1551, junto con el alemán, el francés y el latín . Desde 1556 en adelante, las ediciones en cuatro lenguas se multiplicaron. El latín desapareció muy pronto, siendo sustituido por el flamenco . La última edición de esta serie vio la luz en Ginebra a mediados del siglo xvii . Así pues, a consecuencia de un sinnúmero de cambios, adiciones, supresiones, revisiones, el diccionario pasó de cuatro, a seis lenguas en 1576 y ocho en 1598 . De su primera edición bilingüe, a la última en ocho idiomas -italiano, francés, flamenco, español, anglés, alemán, portu- gués, latín-, el vocabulario de Noél de Berlaimont, de 98 páginas, llegó a tener más de cuatrocientas. I Véase J. CHASTENAY (seudónimo de R. Foulché-Delbosc) ; «Etude historique sur les rela- tions commerciales entre la Flandre et l'Espagne au Moyen Age», Revue Hispanique, 6 (1899), págs . 247-248 . z A. Alonso piensa que el autor haya sido FRANCISCO DE VILLALOHOS, que redactó la parte española del Vocabulaer en vier spraken (Lovain, 1551). Véase su artículo «Identificación de gramáticos españoles clásicos», Revista de Filología Española, 35 (1951), págs . 221-224 . Véase también la ed. facsimilar estudiada por A. ROL©kN, Madrid, CSIS, 1977 . 3 A. M. GALLINA, Contributi alla storia della lessicografia ¡talo-spagnola nei secoli xvi e xvu . Firenze, Leo S. Olschki, 1959, pág. 76 . ORIGENES DE LA DIFUSIÓN DE LA LENGUA ESPAÑOLA EN FRANCIA (2 .' PARTE DEL SIGLO XIX) 611 Notamos que en estos textos las listas de verbos, clasificados según la voz del infinitivo, revisten una importancia particular. El léxico se refiere princi- palmente a temas relacionados con la vida cotidiana y los negocios . Desprovis- tos de ambiciones científicas o eruditas, tales vocabularios se revelaron, sin embargo, de inestimable utilidad para la vida práctica . Fueron además los precursores de una serie de diccionarios políglotas de mayor alcance cultural . Aludimos a los llamados «calepinos» que también proliferaron abundante- mente en la segunda parte del siglo xvi . Antes de referirnos a ellos nos parece oportuno mencionar uno de los primeros diccionarios incluyendo el francés y el español que se publicó en Francia en 1552 : Le dictionnaire des huit laingages: cest à sçauoir grec, latin, flameng, espagnol, italien, anglais et aleman. Su procedencia hay que buscarla en un humilde vocabulario anónimo, en alemán y toscano, editado en Venecia en 1477 . Este fue sucesivamente aumentado y modernizado dando lugar a una larga serie de léxicos en los cuales el francés y el español aparecen por la primera vez en la edición de Venecia de 1526 . La obrita, que encierra la consa- bida nomenclatura en cuatro idiomas, ofrece en la parte final unos curiosos ejemplos de locuciones idiomáticas . En Francia el Dictionnaire tuvo un éxito relativamente escaso . Pues sólo conocemos ocho ediciones entre 1542 y 1580 . Ello se explica con la difusión alcanzada entonces por los «calepinos» cuya concepción correspondía más a la inclinación y gusto del público francés. Esos afortunados léxicos políglotas remotan a la obra de Ambrogio da Caleppio, eminente lingüista italiano del siglo xv, el cual había dedicado treinta años de su vida a la redacción del diccionario que lleva su nombre, editado en Reggio en 1502 . La obra, primitivamente escrita en latín, fue sucesivamente amplia- mente refundida y aumentada tan por ilustres linguistas como por humildes lexicógrafos . Según Beaulieux, la primera edición en la que figuran el francés y el español, junto con el griego, el latín y el italiano fue la de Lyon, 1564 4 . A pesar de tratarse de un texto voluminoso -pues constaba de 1200 páginas- su éxito fue inmediato . En Lyon y en París las ediciones se multiplicaron . De cinco lenguas en 1564; vino a tener diez en 1588 (latín, griego, hebreo, italiano, francés, español, alemán, inglés, polaco, húngaro) . A la singular fortuna de los calepinos se asocia la del Nomenclator, obra que también contribuyó notablemente a la difusión del estudio de los idiomas extranjeros en Francia . Su autor fue el médico holandés Hadrien Junius, cuya biografía indica que tuvo una existencia singular y admirable . Pues sabemos que desde su mocedad tuvo la suerte de estudiar, vivir y ejercer su oficio en varios pises: Flandes, Francia, Italia, Inglaterra . En Holanda se le consideró el erudito más eminente de su siglo' . Junius nos dejó un número importante de obras de medicina, historia y varios comentarios de textos clásicos griegos y latinos . Sus valiosas cualidades de lingüista aparecen tan en el Lexicon graeco-latinum (Basilea, 1548) como en el Nomenclatur octolinguis omnium rerum propria nomina continens (Ambe- res, 1567) . El libro resulta dividido en dos partes constituidas, respectivamente, 4 Ibid., págs . 96-112 . s P. BAYLE, Dictionnaire historique et critique . Rotterdam, chez Michel Bohm 1720, t. ti, págs . 1583-1584. 612 SABINA COLLET SEDOLA de 59 y 26 capítulos, aparentemente conformes al esquema tradicional: «De homine et partibus humani corporis ; de animalibus uploads/Geographie/ collet-sedola-origenes-de-la-difusion-de-la-lengua-espanola-en-francia-2a-xvi.pdf
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- Publié le Dec 14, 2022
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