224 | PSIQUIATRÍA UNIVERSITARIA La soberbia del médico REFLEXIÓN ÉTICA LA SOBER

224 | PSIQUIATRÍA UNIVERSITARIA La soberbia del médico REFLEXIÓN ÉTICA LA SOBERBIA DEL MÉDICO (Rev GPU 2016; 12; 2: 224-229) Claudio Filippi Aprended de mí que soy manso y humilde de corazón. (Evangelio de San Lucas 1,48.) No vuelvas tu rostro a la gente con desprecio y no andes por la Tierra con arrogancia. Alá no ama a nadie que sea presumido, jactancioso. (Sagrado Corán, 31: 18) VIRTUDES. HUMILDAD. MÉDICOS VIRTUES. HUMILITY. PHYSICIANS LA VIRTUD DE LA HUMILDAD R ecuerdo1 que cuando era escolar, en una mañana de la recién llegada primavera de 1978, el 29 de sep- tiembre y cuando llegaba a mi Colegio de orientación Católica, me sorprendió encontrar la bandera pontificia de colores blanco y amarillo, enarbolada y flameando a media asta. Sabía lo que eso significaba, pues semanas antes habíamos encontrado lo mismo, cuando Paulo VI había fallecido. En efecto, el nuevo Papa Juan Pablo I, o el Papa Luciani ,como le decíamos, electo hace poco más de un mes por el Cónclave Cardenalicio, había muerto. Poco conocí de ese Papa, “el Papa sonriente” , el antiguo patriarca de Venecia. Sin embargo, una de las pocas cosas que evoco con claridad de él, es su lema pontificio: “humilitas”, término latino que significa hu- mildad. Inicialmente y desde esa fecha, ese lema me ha impactado y vuelve continuamente a mí, al ser utiliza- do por el religioso teóricamente más poderoso de la Iglesia Católica. Después entendí que no podía ser de otra manera en el estilo de un hombre que cuando fue Obispo prefería ir en bicicleta a sus obligaciones pasto- rales o vestir simple sotana, en vivencia recta de la hu- mildad de su Maestro de Nazareth (Santa Sede, 2010). Ese mismo voto de humildad es el que ha profesa- do el actual papa Francisco. Pero, ¿qué es la humildad? Desde la Teología cristiana, Santo Tomás de Aqui- no nos responde desde su magna obra que “La humil- dad significa cierto laudable rebajamiento de sí mismo, por convencimiento interior” (Tomás, 2001). Él mismo nos cuenta que San Isidoro de Sevilla, en su Etymologie, plantea que humilde se relaciona con los términos lati- nos humus, que significa tierra y humilis, que es aquello que está cercano a la tierra. Por antonomasia, se ha entendido a la humildad como una virtud, aunque el término puede ser utilizado en sentido negativo, como lo analiza el mismo Aquinate, 1 Pido disculpas por el tono personal del texto, ajeno a las recomendaciones de lo científico. Pero la experiencia personal es la primera fuente de conocimiento del ser humano y desde ella escribo este artículo. PSIQUIATRÍA UNIVERSITARIA | 225 Claudio Filippi al referirse al uso de él como castigo2 o como vicio3. Sin embargo, nos aclara que es una virtud, en cuanto se relaciona con el apetito por la consecución de un bien arduo, que no es otro que la realización de cosas excel- sas o grandes. Esto conlleva la necesidad de que exista tanto una virtud que frene los impulsos o movimientos de ese apetito, como una virtud que lo estimule. La pri- mera es la humildad y la segunda es la magnanimidad (Santo Tomás, 2001). Según la teología cristiana, ambas son virtudes ca- pitales que tienden hacia “lo Superior” o lo “más Excel- so” (o Dios según Aristóteles, Acto puro y no Potencia). Son virtudes capitales no en cuanto sean más impor- tantes o grandes que las demás virtudes, sino que ellas están en el origen de muchas otras. Sin embargo, no es solo desde el cristianismo des- de donde se exhorta a la humildad como una virtud deseada. También desde otras religiones y corrientes espirituales, la humildad es invocada como virtud (Wil- son, 1991). Por ejemplo, en el Islam, religión de profundo con- tenido moral (Islamweb, 2009), la humildad es frecuen- temente citada. Un ejemplo se encuentra en la Sura 25, Al forcán o El Criterio, del Sagrado Corán, que dice: Y los siervos del Misericordioso son aquellos que caminan sobre la Tierra con serenidad y humildad, y cuando son increpados por los ignorantes les res- ponden educadamente (Corán 25: 63). También, en las corrientes espirituales de la anti- gua India se encuentran referencias a la humildad como virtud. En el Bhagavad Gita4 (Anónimo, 1999), libro de poemas escrito originalmente en sánscrito antiguo y 2 Humiliaverunt in compedibus pedes eius (humillaron sus pies con cepos), Salmo 108, 18. 3 Est qui nequiter se humiliat (hay quien se humilla como malvado), Eclo 19,23. 4 El Bhagavad Gita forma parte del Libro VI del Maha- bharata (El gran Bharata), epopeya que consta de más de cien mil slokas o versos, siendo el poema más largo escrito en el mundo. La historia del Mahabharata gira en torno a la lucha entre las fuerzas del bien y del mal representadas por Pandavas y Kuravas, historia épica, probablemente cierta, que narra una guerra de sucesión en el Reino de Hastinapura entre linajes nobles parale- los. El Bhagavad Gita narra la conversación entre Arjuna y Krisna, personajes que son representados de manera diferente al resto del Mahabharata, en cuanto en el Gita son la representación del alma del hombre y el auriga del alma (Anónimo, 1999). datado en el 500 a.C., se coloca en la voz de Krisna esa virtud, quien al referirse al encuentro de una sabiduría verdadera, enumera una serie de virtudes: La humildad, la sinceridad, la no violencia, el perdón, la integridad, la devoción al maestro espiritual, la pureza, la firmeza, la armonía consigo mismo (Bha- gavad Gita, 13: 7). También, en la doctrina de Kong Qiu (551-479 a.C.), de nombre honorífico Kongzi (“Maestro Kong”) o Confucio, como le conocemos en Occidente, se hace mención a la vida del hombre moral o recto: La vida del hombre recto es básica, y sin embargo no poco atractiva; es simple, y sin embargo llena de gracia; es fácil, y sin embargo metódica. Él sabe que el logro de grandes cosas consiste en hacer pequeñas cosas así. Él sabe que los grandes efectos son produ- cidos por pequeñas causas. Él conoce las pruebas y la realidad de lo que no puede ser percibido por los sentidos. Así, está habilitado para ingresar al mundo de las ideas y la moral 5 (Wilson, 1991). De manera similar, en otras espiritualidades se hace referencia a la humildad como camino a lo su- perior, tal y como se puede encontrar en las religiones tradicionales africanas o americanas, en el Budismo, el Taoísmo o en el Libro del Mormón (Wilson, 1991). LA SOBERBIA Cada virtud capital se vincula a un pecado capital, que tiene el mismo significado: estar en el origen de otros pecados. En el caso de la humildad, el pecado con el cual se relaciona es la soberbia (Del latín superbia: or- gullo). De él, señala San Isidoro de Sevilla en sus Etimo- logías que Se la llama soberbia porque quiere aparentar más de lo que es, y a quien desea sobrepasar lo que es, soberbio (Santo Tomás, 2001) (San Isidoro, 2004). Para Savater (2007) “Ser soberbio es básicamente el deseo de estar por encima de los demás” . El mito del Génesis nos relata que Adán desafía a Dios, acto de soberbia que es el origen de todos los males para el hombre. Y no puede ser menos, pues ese acto es recuerdo de otro acto de soberbia relatado en la Biblia, que es la de Lucifer (literalmente: portador de luz o Lucero), el ángel más bello de la creación, quien en su belleza quiso ser igual a Dios, lo que motivó su 5 Traducción libre del autor. 226 | PSIQUIATRÍA UNIVERSITARIA La soberbia del médico caída junto a la de otros ángeles que le siguieron (Li- bro de Isaías 14: 12-216). Después de su caída asume el nombre de Satanás (o “el adversario”). Pero, más que de ángeles y demonios, la sober- bia es muy característica del ser humano, aunque no privativa de él, pues también se ha descrito en prima- tes conductas símiles de ella, ya que involucraría un condicionamiento biológico a valorar más lo propio y poseído que lo ajeno o no poseído (Ramos, Soto y Jáuregui, 2015). La clave neurobiológica de su manifestación es- taría en el denominado “cerebro social” y en el rol del sistema límbico en el desarrollo de las emociones primarias (felicidad, enojo, tristeza, disgusto, miedo y sorpresa), las que conducirían a la interpretación de las emociones más tardías (culpa, celos, orgullo). Esto significa, que la construcción de las emociones so- ciales tiene una estrecha relación con las emociones primarias, en cuanto las experiencias vitales deter- minarían cambios neurobiológicos que influirían en determinados patrones de conducta y formas particu- lares de reacciones adaptativas (Ramos, Soto y Jáure- gui, 2015). Por otro lado, la psicología nos enseña que la soberbia es una actitud de tipo intelectual y tiene su origen en personas que han logrado una cierta superio- ridad y renombre en algún lugar de la vida, producién- dose un desbalance propio de la autoimagen, la que se ponderaría en demasía uploads/Litterature/ la-soberbia-del-medico-pdf 1 .pdf

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