Vol. 6 (2014) | pp. 145-159 http://dx.doi.org/10.5209/rev_AMAL.2014.v6.46519 |
Vol. 6 (2014) | pp. 145-159 http://dx.doi.org/10.5209/rev_AMAL.2014.v6.46519 | 145 LA SIRENA COMO FIGURA DE LA DESDICHA EN LA LITERATURA CONTEMPORÁNEA DE LENGUA ESPAÑOLA CATHERINE D’HUMIÈRES CELIS DE CLERMONTFERRAND d.humieres@free.fr Article received on 28.01.2014 Accepted on 31.07.2014 RESUMEN Entre todas las figuras acuáticas que pueblan las mitologías antiguas destaca la de la sirena por su singular polimorfismo. En este estudio, proponemos un recorrido literario de la representación de esta extraña criatura híbrida a través de relatos escritos por autores hispanohablantes del siglo XX, para poner de realce sus características y mostrar la capacidad de sincretismo de unos mitos utilizados como metatextos para reflejar ―o disfrazar― la realidad de la vida del hombre. PALABRAS CLAVE Sirenas, ondinas, literatura española, desdicha, mitos. THE MERMAID AS A FIGURE OF UNHAPPINESS IN SPANISH CONTEMPORARY LITERATURE ABSTRACT Among all the aquatic figures from ancient mythologies, the siren stands out for her singular polymorphism. In this study, we propose a literary tour of the representation of this strange hybrid creature across novels and short stories written by Spanish-speaking authors of the 20th century in order to highlight its characteristics and to show the syncretism of this myth which is used as a pattern to reflect – or to disguise ― man’s real life. KEYWORDS Mermaids, undines, Spanish literature, unhappiness, myths. 1. INTRODUCCIÓN Según Gaston Bachelard, “[l]’imagination n’est pas, comme le suggère l’étymologie, la faculté de former des images de la réalité ; elle est la faculté de former des images qui dépassent la réalité, qui chantent la réalité” (1942: 25). Catherine d’Humières La sirena como figura de la desdicha en la literatura contemporánea de lengua española Amaltea. Revista de mitocrítica Vol. 6 (2014) | pp. 145‐159 | 146 La literatura es, sin duda, la prueba más clara del funcionamiento de la capacidad creativa del ser humano. Los mitos griegos, por ejemplo, tan llenos de criaturas monstruosas, son prueba de la creatividad de la imaginación humana: llegaron hasta nosotros por la literatura y su permanencia a través de los siglos como material de base para todas las artes muestra cuán vigente sigue esta facultad mental que nos permite ir más allá de la realidad. El mito siempre ha sido una extraordinaria fuente de inspiración por su origen oscuro: no está totalmente determinado y cabe en él una multitud de posibilidades de utilización y de transformación. Cada época puede utilizarlo de modo inagotable según su sensibilidad y sus preocupaciones profundas. “Une fois ancré dans la mémoire collective, le mythe, explicitement invoqué, servira à son tour de métatexte à des récits hétérodiégétiques dont il affectera la portée” (Thibault Schaefer 1994: 59). Esto justifica el hecho de que gran parte de la literatura sea hija de los mitos y se empeñe en proponer la realidad disfrazada por la mano creadora del autor. En L’Eau et les rêves, Bachelard subraya el carácter femenino de las aguas en la imaginación poética y encontramos otra prueba de la relación que existe entre imaginación y mito en la abundancia de las criaturas fabulosas relacionadas con el agua, como las nereidas, ninfas, ondinas, etc. A pesar de que nuestro modo moderno de imaginar sea distinto ―se supone― del que prevalecía en el mundo antiguo, esas criaturas siguen poblando nuestra fantasía ya que “le récit mythique demeure toujours ouvert. Agrégat d’éléments narratifs récupérés et recyclables, il fait preuve d’une grande capacité de mutabilité et de syncrétisme” (Thibault Schaefer 1994: 54-55). Por eso nos ha parecido interesante proponer un recorrido literario a través de unos textos cuyos autores han utilizado una de las criaturas híbridas más antiguas: la de la sirena, a menudo enriquecida con rasgos particulares pertenecientes a diferentes tradiciones, prueba de un verdadero sincretismo. Para este estudio, adoptaremos un enfoque particular para considerar de qué modo, en la literatura contemporánea de lengua española, esta figura mítica logra reflejar la realidad de la sociedad sin dejar por eso de ser una referencia mítica. 2. DE UNA TRADICIÓN A OTRA La primera referencia literaria a las sirenas se encuentra en el canto XII de la Odisea. Homero no las describe: para él, basta evocar su voz encantadora y la orilla donde viven, sembrada de huesos y cuerpos en descomposición. Se trata de monstruos devoradores, encarnación de los peligros que acechan a los navegantes, y nada se dice de su apariencia. En Catherine d’Humières La sirena como figura de la desdicha en la literatura contemporánea de lengua española Amaltea. Revista de mitocrítica Vol. 6 (2014) | pp. 145‐159 | 147 cambio el autor insiste en el hecho de que lo que proponen a Ulises es acrecentar su saber, enseñarle los secretos del universo, lo que corresponde al ideal filosófico de la Grecia antigua de búsqueda de la sabiduría y del conocimiento. Fueron los escritores posteriores quienes dieron una descripción física más detallada y, tanto para Apolodoro como para Ovidio, tenían cabeza de mujer y cuerpo de pájaro. Eran pues criaturas aéreas dotadas de una voz armoniosa, atributo de tantos pájaros1. Estos autores también explican la filiación de las sirenas: para ellos, eran hijas de una musa y de Aqueloo, río de Etolia, lo que justifica el lazo estrecho que siempre han mantenido con el elemento acuático, y permite comprender su metamorfosis más conocida. En efecto, la criatura que conocemos actualmente es la sirena con cola de pez que, desde hace siglos, forma parte de nuestro mundo imaginario. Se supone que, en un principio, estos seres híbridos, acuáticos y ya no aéreos, pertenecían a otra tradición, más nórdica, quizás llegada de Irlanda con los monjes evangelizadores al principio de la Edad Media2. También es posible que una divinidad celta de las fuentes se haya fusionado con la sirena griega y haya transformado su apariencia. Todo esto ha contribuido a hacer de la sirena una figura polimorfa3, cuyos rasgos han sabido siempre seleccionar los escritores en función del interés que tenían para la ficción que estaban creando. En El laberinto de las sirenas (1946), por ejemplo, Pío Baroja se refiere claramente a la mitología griega y sitúa su novela en las costas del mar Tirreno, las que recorrió Ulises en su largo periplo: “Aquí están las islas de Eolo y de las Sirenas; allá, Escila y Caribdis; cerca, el país de los cíclopes” (1978: 82). El laberinto del título es un dédalo de arrecifes o escollos negros, de aspecto un poco siniestro, que los protagonistas organizan para que parezca un lugar mitológico, con un templete y una estatua de tritón tocando una caracola. A lo largo del tiempo, con el deterioro progresivo de la casa y del parque de los que depende el laberinto, surgen supersticiones populares: con los ruidos que producen las cuevas y las rocas bajo la acción del viento y del agua se llega a pensar que el lugar está encantado y que están viviendo allí verdaderos seres fabulosos, entre los cuales algunas sirenas, con cola de pez, por supuesto. Sin embargo, a diferencia de la tradición mítica, el miedo es el 1 Véase García Gual (2011). Puede escucharse una conferencia sobre este tema http://www.circulobellasartes.com/mediateca.php?id=6974. [Última consulta: 20.07.2014]. 2 Es la teoría desarrollada en Vic de Donder (1992), Le Chant de la sirène. 3 Para más detalles sobre la evolución de la figura de la sirena en la literatura, véase d’Humières, Catherine (2008). Catherine d’Humières La sirena como figura de la desdicha en la literatura contemporánea de lengua española Amaltea. Revista de mitocrítica Vol. 6 (2014) | pp. 145‐159 | 148 más fuerte y ningún héroe se atreve a acercarse: las sirenas siguen viviendo en la imaginación de la gente, pero han perdido su poder de atracción. Este ejemplo es interesante porque muestra cómo, al debilitarse un mito, se hace más poroso y presenta fisuras que permiten la introducción de otras tradiciones capaces de modificarlo y de enriquecerlo. Nos parece preciso citar el cuento “Undine” (1811) del alemán Friedrich de La Motte Fouqué en el que una hija del pueblo del agua –los ondinos– elige el mundo de los hombres para adquirir un alma inmortal gracias al amor de un joven de quien se ha enamorado. Desgraciadamente, el amor de los hombres no es tan constante como esperaba y su tentativa fracasa. Esta historia de amor y de muerte, enmarcada en el contexto romántico de exaltación de la fantasía y búsqueda de otras mitologías, tuvo mucha influencia porque inspiró a Andersen la historia de su “Sirenita” (1862), tan conocida y tan copiada. Gracias a este cuento muy popular, ondina y sirena se fusionaron definitivamente, para dar a luz a un ser híbrido que mezcla en su extraña naturaleza algunas de las características de ambas. No se puede hablar de sustitución de la sirena por la ondina, sino más bien de una verdadera ósmosis, ejemplo perfecto de la coalescencia de los mitos. Actualmente, no se concibe la sirena con cuerpo de pájaro y, en la mayoría de las representaciones iconográficas, las que tratan de atraer a Ulises y a sus compañeros tienen cola de pez y viven en el agua, y ya no en un prado de la costa. uploads/Geographie/ 3-pb.pdf
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- Publié le Fev 08, 2021
- Catégorie Geography / Geogra...
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