CAPLP ESPAGNOL – LETTRES – 2013 – SESSION EXCEPTIONNELLE I. Epreuve 1 : ESPAGNO

CAPLP ESPAGNOL – LETTRES – 2013 – SESSION EXCEPTIONNELLE I. Epreuve 1 : ESPAGNOL. Le jury du concours exceptionnel 2013, constatant le manque de préparation sérieux de certains candidats, tient à rappeler des évidences : - le concours qui vise à recruter les professeurs de lycée professionnel n’est pas un concours au rabais. A ce titre, les exigences linguistiques et méthodologiques sont les mêmes que pour le CAPES, et une préparation sérieuse s’impose. On est en droit de se demander quelles sont les motivations des candidats qui composent sur un seul exercice (que ce soit le commentaire ou la version), ou qui présentent des travaux bâclés, non aboutis, quelques mots jetés sur une copie. - les épreuves obéissent à des règles et les candidats les acceptent implicitement. Ainsi, la version comporte un certain nombre de phrases à transposer en français et il ne sert à rien de vouloir cacher des lacunes en évitant de traduire les passages difficiles, comme s’il s’agissait d’un oubli, ou de récrire le texte. Le jury ne s’y trompe pas. Quant au commentaire, le texte est assorti d’axes de lecture et il ne s’agit nullement de faire une analyse littéraire linéaire au risque de répétitions, ni d’une interprétation. Beaucoup trop de candidats ont présenté, soit des plans qui ne correspondaient pas aux axes proposés, soit d’autres pistes, soit des banalités, voire, pire, des digressions plus ou moins farfelues dans lesquelles se noyaient quelques remarques justes sur l’extrait de roman proposé. Par ailleurs, nous souhaiterions attirer l’attention des candidats, qui, stimulés par leur aisance d’expression se fourvoient en se noyant dans les détails, sans distinguer l’essentiel de l’accessoire, ou ceux qui se laissent aller au collage de citations, parfois mal à propos, en lieu et place du commentaire. Le jury n’a pu que regretter le nombre important de lectures à contre-sens réitérés (non, la sœur du protagoniste n’est pas morte noyée, non, le père n’est pas un violent autoritaire…). Un examen plus approfondi du texte d’auteur aurait permis de répondre développer correctement le troisième axe de lecture à la dernière question qui a été, contourné, « oublié» et le plus souvent réduit au conflit de générations. Un point sensible et incontournable : le niveau des candidats reflète, dans les deux langues, une absence de rigueur parfois inquiétante : o manque de précision du lexique, o orthographe fantaisiste (hiban, analisar… ), o méconnaissance du vocabulaire de base (barrer, escoba, hacer gracia, aprender/ enterarse…), o des lacunes grammaticales sur des règles basiques (construction et utilisation des temps verbaux, confusions des personnes, régime des prépositions, non respect des accords et de la concordance, tournures emphatiques mises à mal, structures calquées, etc. On ne répètera jamais assez les bienfaits des séjours en immersion linguistique totale. Il paraît inconcevable que de futurs professeurs puissent prétendre enseigner une langue étrangère sans l’entretenir et l’enrichir régulièrement par des contacts fréquents avec le monde hispanophone, o enfin, le jury s’est ému d’un relâchement dans les propos et d’une prédominance de la langue parlée sur les copies des candidats, ce qui témoigne de la perception de plus en plus floue des barrières linguistiques et des registres de langue. Dernier conseil et non des moindres : une simple relecture méthodique que la majorité des candidats ne semble pas pratiquer, permet d’éviter bon nombre d’incohérences. Le jury a été particulièrement sensible aux travaux dont l’auteur s’est efforcé de respecter les consignes, de rester fidèle aux textes d’auteur, de faire des propositions cohérentes dans une langue de qualité. a) Commentaire guidé en langue étrangère : La cronología de la infancia no está hecha de líneas sino de sobresaltos. La memoria es un espejo opaco y vuelto añicos, o, mejor dicho, está hecha de intemporales conchas de recuerdos desperdigadas sobre una playa de olvidos. Sé que pasaron muchas cosas durante aquellos años, pero intentar recordarlas es tan desesperante como intentar recordar un sueño, un sueño que nos ha dejado una sensación, pero ninguna imagen, una historia sin historia, vacía, de la que queda solamente un vago estado de ánimo. Las imágenes se han perdido. Los años, las palabras, los juegos, las caricias se han borrado, y sin embargo, de repente, repasando el pasado, algo vuelve a iluminarse en la oscura región del olvido. Casi siempre se trata de una vergüenza mezclada con alegría, y casi siempre está la cara de mi papá, pegada a la mía como la sombra que arrastramos o que nos arrastra. Poco antes o poco después de que mi hermana menor estuviera a punto de ahogarse, recibí otra lección de ella, sin que ella quisiera dármela, y esta lección coincidió con otra decepción para mi papá. Estaban celebrando en Medellín una Feria Popular del Libro, en el centro, y él nos llevó a los dos hermanos menores, a Sol y a mí. Al llegar nos dijo que cada uno podía escoger un libro, el que quisiéramos, para que él nos lo comprara, y para que después lo pudiéramos leer y disfrutar en la casa. Primero íbamos a recorrer todos los puestos de exhibición, y luego, de regreso, escogeríamos el libro que más nos llamara la atención. Hicimos el recorrido dos veces, calle arriba y calle abajo, y mi papá, sin forzarnos demasiado, nos hacía algunas sugerencias, cogía libros entre las manos y elogiaba las virtudes de la historia, la maestría del escritor, lo apasionante del tema. Pronto mi hermana escogió uno siguiendo los consejos de él: El ruiseñor y la rosa y otros cuentos de Oscar Wilde, en una edición muy modesta, pero hermosa, blanca, con una rosa roja en la cubierta. Yo en cambio me había obsesionado desde el primer recorrido con un libro caro, grande, de tapas rojas, que se llamaba Las reglas oficiales de todos los deportes. Ahora, si había algo que mi papá despreciara eran los deportes, el ejercicio en general, que para él era solamente una posible fuente de lesiones y accidentes. Trató de disuadirme; me dijo que eso no era literatura, ni ciencia, ni historia, incluso llegó a decir, cosa insólita en él, que era muy caro. Pero yo estaba cada vez más resuelto, y apretando los dientes, contrariado, mi papá me lo compró. Cuando más tarde llegamos a la casa, nos fuimos los tres a la biblioteca, y mientras yo intentaba entender las reglas del fútbol americano, que ni esa vez ni nunca pude comprender, mi papá empezó a leerle en voz alta a mi hermana el primer cuento de Oscar Wilde que venía en el libro, precisamente « El ruiseñor y la rosa ». Llevarían una página en la lectura cuando yo ya estaba completamente decepcionado de las incomprensibles reglas del fútbol americano, y oyendo con disimulo la maravillosa historia de Wilde, hasta que al final, cuando el pájaro muere traspasado por la espina del rosal, yo mismo cerré mi libro y me acerqué a ellos, humilde y arrepentido. Mi papá terminó de leer con mucha emoción. Creo que me sentí casi tan miserable como la vez en que no había sido capaz de salvar a mi hermana en su caída al mar, y creo que mi papá estaba casi tan decepcionado de mí como esa otra vez. Escondí el libro rojo de las reglas de los deportes detrás de mis otros libros, como si fuera una revista pornográfica, leí una y otra vez los fascinantes cuentos de Wilde, y desde entonces no he hecho otra cosa que leer literatura, ciencia, historia, aunque ya no aprendiera jamás las reglas del críquet, ni del rugby, ni del fútbol americano o el judo japonés. Héctor Abad Faciolince (colombiano), El olvido que seremos, 2006. Question: Analice el papel y la actitud del padre en la elección de los libros y la evolución del niño hacia la lectura del cuento de Oscar Wilde. ¿Qué revela este recuerdo sobre la personalidad del narrador y las relaciones con su padre? Algunas pautas para el comentario 1-Papel y actitud del padre en la elección de los libros a/ padre = lector → deseo de transmitir su pasión por la lectura, el placer de leer, a sus hijos: los lleva a « una Feria Popular del Libro », se reúnen después en « la biblioteca ») respetuoso de la libertad de elección de un libro, (« cada uno podía escoger un libro, el que quisiéramos »), no les impone una obra (« sin forzarnos demasiado »), es más bien tolerante y abierto. guía para sus hijos ; les enseña a escoger, intenta orientarlos sobre temas que le parecen interesantes, libros o autores que le gustan (« nos hacía algunas sugerencias, … elogiaba las virtudes de la historia… ») pedagogo ; les enseña a organizarse en la compra del libro (« primero íbamos a recorrer todos los puestos de exhibición, y luego, de regreso… »), a no precipitarse, a no comprar al azar. Padre culto, apasionado por los libros, educa a sus hijos abriéndoles las puertas de la cultura con amplitud de miras aunque procura influir su elección sobre los libros más interesantes, cogiéndolos y elogiándolos, o uploads/Geographie/ rapport-caplp-ext-espagnol-except2014.pdf

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